Cosecha roja (Red Harvest) es la primera novela del autor estadounidense Dashiell Hammett, publicada por Alfred A. Knopf, Inc. el 1 de febrero de 1929. La obra está inspirada en una ciudad minera del estado de Montana rebautizada como Personville y llamada despectivamente por el narrador y protagonista, el Agente de la Continental, Poisonville, que significa Ciudad-Veneno y que fue el primer título de la obra. El primer libro de Hammett fue serializado en la revista Black Mask en cuatro entregas mensuales. Estilísticamente, con sus frases breves y sus diálogos en los que los personajes intercambian continuos latigazos y con sus impactantes escenas de tiroteos, emboscadas, persecuciones, etcétera, Cosecha roja sopuso uno de los primeros ejemplos del encuentro de los relatos de detectives y el lenguaje cinematográfico. Además, Hammett rompe con la tradición del detective que resuelve los casos a través de la lógica y la deducción, tipo Auguste Dupin o Sherlock Holmes, y presenta a un personaje típico de las novelas Hard boiled, un tipo que, aunque posee un extraordinario don de la observación, resuelve los casos pateando las calles en busca de información y que manipula las cosas a su antojo.
Resumen de Cosecha roja:
Llegué a Personville, o Poisonville como lo llaman los que saben. Una ciudad podrida hasta el núcleo. El viejo Elihu Willsson, el magnate que la construyó con hierro y sangre, me contrató para limpiar la basura. Lo encontré muerto antes de que pudiéramos siquiera hablar. Un balazo bien colocado había silenciado al anciano.
Me quedé, decidido a descubrir quién lo hizo. Pero lo que descubrí fue un nido de ratas. Había una guerra en marcha entre bandas rivales: el sindicato de los mineros, los políticos corruptos y los gánsteres locales. Todos querían un pedazo del pastel y no les importaba cuántos cadáveres dejaran en el camino.
Primero, hablé con Dinah Brand, una mujer con demasiados secretos y una lengua afilada como una navaja. Luego, me topé con Lew Yard, un gánster que sabía demasiado y vivía demasiado poco. La policía estaba tan sucia como los criminales, con Noonan, el jefe, en la cima de la pila de estiércol.
No jugué a ser el héroe. Usé sus propias armas contra ellos. Puse a los tiburones a pelear entre sí. Dinah, con su boca inteligente, se encontró en medio de una tormenta. Yard fue el siguiente en caer, seguido de Reno Starkey, un matón con más músculo que cerebro. Noonan pensó que tenía todo bajo control hasta que lo derribé también.
Al final, el suelo de Poisonville estaba regado de sangre y cadáveres. La ciudad que Elihu había construido había cosechado su propia destrucción. Dejé a los que quedaban lidiar con las cenizas. No vine a salvar a nadie, solo a hacer mi trabajo. Y mi trabajo estaba hecho.
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